Rouco Varela

 

Me toca dedicarle un blog al insigne Cardenal de la santa Madre Iglesia ya retirado porque es un personaje que como mínimo llama la atención por su forma de actuar, desde siempre por su actitud negativa a los cambios pero, desde que por la edad se ha visto forzado a jubilarse para ser reemplazado por Monseñor Osoro designado por el Papa Francisco para regir las diócesis de Madrid. Después de meses nuestro Cardenal no ha querido trasladarse a otra residencia quedándose en el Palacio Arzobispal. Por fin, noticia de ayer, se ha trasladado a un piso de la diócesis de 370 metros cuadrados valorado en 1,6 millones de euros. Esta  noticia es el signo más visible del sentido que este señor tiene de la Iglesia. Es un signo antievangélico en toda regla. Es lamentable que en nuestra Iglesia todavía queden Pastores que en vez de pastorear con responsabilidad a sus ovejas se ríen de ellas. Cuando hay tanto desalojo de viviendas en toda España, cuando hay tanta pobreza todavía a pesar de la tan cacareada recuperación, cuando hay tanto desempleo, cuando hay tantos pobres energéticos y más ocho millones en pobreza o en umbral de pobreza, cuando hay tanta gente en exclusión social, cuando hay tantos niños que son pobres y crecen en pobreza, cuando hay tantos hombres y mujeres que duermen al raso o en albergues, cuando hay tantos que buscan en los basureros de centros comerciales o en hoteles comida para sobrevivir, cuando hay tantas familiasque acuden a los Bancos de alimentos, cuando, en fin, aún  hay tantas necesidades básicas por cubrir en sanidad, en vivienda y en otros aspectos sociales, cuando están recortando la ayuda social a las personas dependientes, sé que me quedo corto, nuestro Cardenal

muda a un piso enorme para él solo y supongo que para su asistenta y que cuesta una millonada de euros. En contraste, el Cardenal Cañizares, que había estado varios años en la Curia Romana y que desde hace meses es Arzobispo de Valencia acaba de afirmar que el 10% de los ingresos de la diócesis se destinarán a los más necesitados. Por lo menos es un gesto que contrasta con la forma de actuar de Rouco Varela tantas veces en el pasado Presidente de la Conferencia Episcopal Española. Desde aquí, denuncio al Cardenal, por el antitestimonio evangélico que con este gesto suyo da a la sociedad y al mundo.