Ayer pronosticaron para el fin de semana, en especial el domingo, que vuelve el frío con bajada de las temperaturas bastantes grados y que hasta puede nevar en la ciudad de Madrid. Confiemos que en cuanto a la nieve se equivoquen, no me gusta nada la nieve en las calles y aceras de una población por pequeña que sea y menos en una ciudad, debido a que andar por calles y aceras resulta peligroso a parte de que el tráfico se complica demasiado. La nieve acumulada en las aceras y calles si se hiela puede dar lugar a resbalones y caídas con lo peligrosas que son por si se fractura algún hueso del cuerpo, las personas de edad avanzada, me considero una de ellas, tenemos más facilidad de caer con consecuencias negativas, entre otras cosas porque la recuperación es más lenta, la experiencia de mi madre en los últimos años de su vida con dos caídas y dos roturas del fémur, operada dos veces, tuvo como consecuencia tenerla que desplazar en silla de ruedas en la residencia en la que estuvo ingresada hasta su fallecimiento. No tengo nada en contra de la nieve en las cumbres de las montañas, el ski es un deporte de invierno saludable que muchas personas de todas las edades practican, me parece estupendo pero en las calles de las ciudades es innecesaria y peligrosa. Cuando era niño en OLOT nevaba casi todos los inviernos, la nieve entonces me gustaba, nos tirábamos bolas unos contra otros sin hacernos daño, no había mala intención, la amontonábamos en los bordillos de las aceras para facilitar el tránsito de las personas, dejando libres de nieve los portales de las casas y las puertas de entrada de los comercios, hacíamos muñecos de nieve que poco a poco se iban deshaciendo pasados unos días de la nevada si es que antes algún gracioso no lo destrozaba.
